El domingo 27 de
abril fueron canonizados Juan Pablo II y Juan XXIII, dos Papas mas de la
historia.
La verdad no deja
de sorprenderme la infinitud de la
Iglesia Católica para manipular y tapar las situaciones que no le interesan que
salgan a la luz pública y las que le interesan que si salgan.
Para quienes no se
acuerdan durante el mandato de Juan Pablo II en 1997, ocho ex miembros de la
Legión de Cristo institución católica fundada en 1941 por el sacerdote
pederasta Marcial Maciel, envió una
carta pública al papa Juan Pablo II, acusando
a Maciel de haber abusado sexualmente de ellos cuando eran adolescentes y de
que ni la congregación ni otros miembros de la jerarquía católica les habían
atendido por mas que tuvieran pruebas y tocaran puertas.
La antropóloga María Paloma Escalante en un artículo «El abuso sexual y el
uso simbólico del concepto religioso del “padre”», publicado en la Revista Académica
para el Estudio de las Religiones, de fecha 2009-04-01 y consultado,
indica:
Maciel
argumentaba que padecía de una extraña enfermedad que los niños podían ayudar a
aliviar; que se necesitaba una muestra de semen para un examen y un «ayudante»
para extraérselo. Argumentos increíbles y ridículos para un adulto pensante,
pero que fácilmente enganchan a un niño o a un adolescente que confía en el
padre y le confiere autoridad moral, que incluso incluye hasta el poder pedirle
que haga cosas que él no entiende o no le parece que sean buenas; que confía en
que si el padre las dice es que deben ser buenas. Este es exactamente el tipo
de confianza que deposita un hijo en su padre natural, quien le da indicaciones
de hacer cosas «por su propio bien», aunque «ahora no entiende, pero ya
entenderá», etcétera.
A raíz de estas acusaciones,
Maciel renunció a la dirección de la Legión de Cristo en 2004. Tiempo después Joseph
Ratzinger (Papa Benedicto XVI) que en esa época era prefecto
de la Congregación para la Doctrina de
la Fe dejó que se siguiera la investigación
sobre Maciel por acusaciones de abuso sexual contra niños así como hacia
sus compañeros. En el
2006, cuando Ratzinger ya era papa, anunció el cierre de la investigación sobre
Maciel debido a su “avanzada edad” y quebrantada salud, ordenándole el retiro del
sacerdocio público para que se consagrara a de
«oración y penitencia», como si la edad y la salud eximieran a las personas de
los delitos cometidos o quizás pensó que con “penitencia y oración” Dios lo
perdonaría y sería suficiente ignorando lo que dice su Biblia “que el hombre
debe someterse en la tierra a la ley del hombre”.
Luego se realizó un comunicado del Vaticano indicándose que la
decisión se emitió con la aprobación del Papa Benedicto XVI, «después de
estudiar cuidadosamente los resultados de una investigación» del departamento
doctrinal de la Santa Sede. Señaló que Maciel había sido «invitado» a retirarse
a «una vida reservada de oración y penitencia y a no cumplir con su ministerio
público».
Entonces, ¿quiénes estaban al
tanto en el tinglado de la pederastia? y ¿quiénes sabían que los resultados de
las investigaciones arrojaban que eran ciertos los abusos que el sacerdote Maciel
quien actuaba en “nombre de Dios” era culpable? …pues sencillo dos y dos son
cuatro: Juan Pablo II, Benedicto VXI y ahora Francisco, además de todos los
implicados en las investigaciones y en
todas las demás instancias del Vaticano que investigaban tales hechos.
Pero las preguntas son ¿por qué
no hacen nada? Porque al reconocer estos hechos ellos creen que sería
devastador para el catolicismo, cuando sería todo lo contrario, sería como un pequeño ápice de luz
pura que se vería entre la gran porquería,
centro de mercaderes y negocios, intereses políticos y personales … que es la
Iglesia Católica.
¿Por qué canonizan
a estos Papas? Porque necesitan
limpiarlos y aupar un poco a la gente para recuperar, dentro de su ignorancia y
necesidad debido a la crisis, mas adeptos,
desviando sus ojos del camino de la
realidad, manipulando procesos reales de decisiones populares y de
manifestaciones naturales de los colectivos,
enalteciendo la figura del Papa para que personas centren sus
pensamientos y lleguen a “creer” que estos dos mortales pueden llegar a hacer
realidad sus pedimentos por haberlos convertido en Santos a través de
un papel suscrito por mortales como
ellos manipuladores y con intereses camuflados como son todos en el Vaticano.
